Accions

Lafuente 2008/02/11 Laboratorio sin muros

De teixidora

Lafuente, Antonio (11/02/2008) Laboratorio sin muros


Llicència:

Paraules clau: comunitat, política, recursos, comunal, procomú, laboratori del procomú, béns comuns, economia, domini públic, cooperació

L'autor reflexiona en el procés del Laboratorio del procomún del MediaLab Prado de Madrid, que estava sent un seminari, i volia que fos realment un laboratori. En aquesta reflexió traça les línies de com hauria de ser: comunitari, analògic, experimental.

Tipus de publicació article
Suport digital
Adreça web https://www.medialab-prado.es/noticias/laboratorio-sin-muros
Editorial Tecnocidanos ·
Data 11/02/2008 (data original de publicació: 11/02/2008)
Llengua castellà-es
isbn
issn
doi

Noun project - plus round.svg Afegir del mateix autor


Metadades

Noun project 253.svg





Cites destacades

Cquote2 black.svg

  • Nuestro punto de partida ha sido deudor de las formas del seminario tradicional. Un estilo que básicamente consiste en convocar a varios expertos para escuchar la exposición de un invitado y después discutir el contenido de su intervención. Lo normal es que el evento, generalmente cerrado, dure un par de horas y que concluya, tras algunas preguntas y sus correspondientes respuestas, sin otro compromiso que volver a reunirse, quizás con otro invitado. Es muy raro que tras el encuentro surjan iniciativas comunes.,
  • Tras los primeros meses de trabajo en MediaLab se comprobó que el seminario mensual no nos garantizaba un mecanismo eficiente de capitalización de ideas, como tampoco un protocolo que permitiese el trabajo a distancia, colectivo y minucioso. Justo uno de los ingredientes que necesita el movimiento ciudadano, un dispositivo que favorezca el contraste de experiencias y la voluntad de construir un mundo más justo. Dos condiciones que puede garantizar un laboratorio que practique la pluralidad y la transparencia.,
  • Muchas veces se dice que una familia, un hospital o un río son un laboratorio social porque (bien mirados) hacen aflorar relaciones o conflictos que permiten entender la totalidad o una parte significativa del entorno social en el que están insertos o, mejor dicho, que contribuyen a crear. Así, al proyectar la mirada sobre un fragmento del mundo puede verse su totalidad, lo que es tanto como decir que bastan unas cuantas variables (las que permiten proyectar, vertebrar, ordenar) para acceder a una compresión de lo general o lo global desde lo local,
  • El protocolo crea una comunidad de practicantes y su uso fomenta un lenguaje común, unos dispositivos acreditados y hasta unos estándares de ocupación del espacio, por eso se parecen tanto unos talleres a otros, lo mismo que sucede con los centros sanitarios, los jardines botánicos, los bufetes de abogados y los estudios de fotografía. O sea que a la regularidad que vemos entre océanos, montañas y selvas, hay que agregar la que se ve en las instituciones desde las que se estudian o, reincidiendo en lo dicho, en donde se los crea.,
  • La noción de comunidad es clave, aunque se hace preciso desvincularla de cualquier connotación orgánica, ideológica o creencial. Puede haber, y siempre las hubo, comunidades distribuidas y/o de extraños reunidas alrededor de un tema o de un problema. Son los llamados grupos de afectados o concernidos, son todos esos colectivos que se hacen visibles cuando una nueva tecnología (digamos un test, una intervención o una encuesta) los segrega del conjunto asignándoles/fabricándoles una tecno-identidad (por ejemplo, asmáticos, protésicos o motorizados) que puede ser contestada. También un laboratorio puede no estar formado por correligionarios.,
  • En fin, un laboratorio sirve para hacer visibles aspectos ocultos (o desdibujados) de la realidad, así como para reunir fragmentos diseminados del entorno, lo que explica que muchos antropólogos o sociólogos afirmen que en la práctica un laboratorio crea la realidad. Y por eso no es sorprendente que la realidad pueda ser vista como un laboratorio o que el laboratorio pueda ser visto como lugar de producción y reproducción de la realidad. O, en pocas palabras, que cada vez es más difícil distinguir dónde empieza y termina el laboratorio, o cuáles son sus fronteras. Tanto es así, que hablar de laboratorio sin muros no implicar apostar por algo inexistente o ultimísimo, sino reconocer la dificultad para dibujar la línea divisoria entre el dentro y el fuera de lo que (allí) sucede.,
  • No hay procomún sin comunidad, y viceversa. Pero, ¿a quiénes representan los miembros del laboratorio o, recíprocamente, quién se siente representado por lo que allí se hace? El laboratorio no es una charla de café ni un seminario académico. Su función no es clarificar conceptos, como tampoco hacer amigos o hacer carrera. Sin duda cumple la función de trabar conexiones entre personas y cosas, ya sean estas “colaboratores” (co-laboratorio) o usuarios ocasionales, ya sean conceptos, espacios o libros. Su principal función no consiste en hacer de portavoz vicario de la naturaleza o del Estado, como decían los modernos o quienes apoyaron la Revolución francesa, respectivamente. El objetivo principal es hacer visibles comunidades emergentes de concernidos: darles la palabra, darles el tiempo, darles la experiencia, darles la tecnología, darles los media, darles las palabras.,
  • El procomún entonces es creado y recreado, conectado y reconectado: nace de la interacción entre los concernidos que echan en falta algo que se les está negando y que lo daban por hecho, heredado o inalienable. El procomún es un estado de emergencia (por imprevisible y por urgente), surge del empoderamiento de los afectados que reclaman derechos amenazados o destruidos. El procomún redime a los públicos de su condición de súbditos/consumidores y fragmenta la sociedad en comunidades resistentes a la realidad. No hay procomún sin comunidad: hacerlo visible es el trabajo del laboratorio.